CAPÍTULO 3: JAVIER EXAMEN

El mes de enero llegaba a su fin. Con él, la celebración del día de la Paz. El alumnado de todo el colegio había elaborado unos maravillosos rangolis que se unieron en el patio del recreo creando un fantástico mosaico. En un acto muy bonito y emotivo, el alumnado de todo el centro se unió en el patio del recreo para celebrar el día de la Paz cantando una preciosa canción.

Entretanto, los niños y las niñas de 3ºA se estaban convirtiendo en pequeños exploradores. Estaban estudiando los tipos de animales que existían y estaban convirtiéndose en maravillosos expertos. Además, eran conscientes de la importancia de cuidarlos y comenzaban a valorar cómo el cambio climático les estaba afectando a algunos de ellos.

-¡Maestro, hay animales que están desapareciendo por culpa del cambio climático! – comentaba Jorge.

-Llevas razón Jorge, hay muchos animales que ya han desaparecido por culpa de las personas-replicaba el maestro.

- ¡Yo tengo un libro de animales!¿Me lo puedo traer? – decía Abril.

- Claro, Abril – contestaba el maestro.

Al día siguiente, Abril llegaba con su libro de animales. Toda la clase aprendió mucho con aquel libro sobre el reino animal. ¡Era muy chulo! Al ver el libro, el explorador Juan comenzó a sentir interés por el mundo de los reptiles. Al cabo de unos días dijo:

-Maestro, me voy a traer yo mi libro de los reptiles.

Tras varios días en los que el maestro Javier estaba loco y se quedaba sin tiempo para sus clases, Juan pudo enseñar su libro. Ya antes de eso, la clase tenía la suerte de contar con uno de los mayores expertos del mundo en un tipo de reptil; el dragón de Komodo. No era otro que Víctor. Tras pasar unos días enfermo, quiso obsequiar a todos sus compañeros con un fantástico dibujo de este reptil.

En esa semana, el maestro Javier se dedicó a poner exámenes sorpresas a los niños y a las niñas de su clase para analizar si estaban aprendiendo lo que se trabajaba en el día a día.

-Maestro, ¿eso qué es? ¿Otro examen? – indicaba Nacho.

-Claro Nacho, ya sabemos que su segundo nombre es examen. ¡Javier Examen!- replicaba Francisco Javier mientras sus compañeros reían.

Nuevamente, la idea de que el maestro podría sufrir un motín flirteaba por los aires. Incluso había días que lo abucheaban a la salida; “fuera, fuera, fuera”, eran los cánticos que llegaban a la hora de la salida desde todas las partes del colegio. Pero una vez más, los campeones de 3ºA salieron en su defensa y todo salió bien.

Por esas fechas, al igual que le pasó a Víctor, Natalia también enfermó unos días. La clase de 3ºA se había quedado sin su experta en coronavirus. En ese período de tiempo, se comentaban noticias en clase sobre el virus, pero no se podían contrastar ya que no estaba la especialista. A pesar de la incertidumbre que había en ciertos lugares del mundo con el nuevo virus, en aquel colegio de Utrera todo seguía tranquilo.

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